Si bien es cierto que por su temperamento hay razas más propensas que otras a mostrar agresividad, los comportamientos agresivos en perros (gruñidos o mordiscos, por ejemplo), pueden manifestarse en todas las razas. Hay que prestar mucha atención desde cachorro, pues es extremadamente difícil corregir un comportamiento agresivo. Requiere mucho esfuerzo y paciencia.
Lo primero que debemos hacer es determinar si el comportamiento agresivo es causado por miedo o si es propio de su temperamento natural dominante. Y es que el tratamiento será diferente según sea la causa. Intentar resolver el problema sin ayuda de un veterinario es posiblemente difícil. Por ello, nuestro consejo es que acudas a él.
La agresión por dominancia o jerárquica es la más corriente. El perro que manifiesta este tipo de dominancia tiende a lanzar miradas desafiantes a otros animales, con las orejas tiesas y llevadas hacia delante. Su cabeza permanece alta y está rígido. Estas son señales corporales inequívocas. La agresión jerárquica puede producirse en individuos de cualquier raza, sexo y a cualquier edad. Aunque son principalmente los machos no castrados los más conflictivos. También los de raza pura son más propensos que los cruzados.
La corrección de la agresión jerárquica es difícil. Un veterinario puede ayudarte a emprender un programa de corrección o recomendarte a un especialista en comportamiento canino. Para conseguir corregir el problema de agresividad, puedes seguir estos pasos que te mostramos a continuación:
Intenta evitar las situaciones que activen su agresividad.
Aplica técnicas de desensibilizacion. Un ejemplo sería poner gradualmente al perro en diversas situaciones conflictivas e ir calmándolo.
Acostumbra al perro a señales de dominancia. Esas señales se las tiene que lanzar su dueño. Por ejemplo, retirarle su tazón de alimento o mirarlo fijamente.
Obliga al perro a que obedezca órdenes antes de recompensarlo (jugando con él o acariciándolo, por ejemplo).
ALERGIAS DE LOS PERROS.
Igual que nosotros los humanos, los perros pueden padecer alergias. Los alérgenos o responsables de estas alergias caninas más habituales son el polen, las escamas, los ácaros, las picaduras y la saliva de pulga. Pero también lo son algunos productos caseros, químicos e industriales e incluso ciertas carnes o cereales. Podemos consultar con el veterinario que nos informará más exhaustivamente de los alérgenos que pueden afectar a nuestro perro.
Los síntomas de las alergias varían según el tipo de alergia, claro. Comezones o placas hacen su aparición, de modo más o menos evidente, causando en el perro desde molestias leves hasta fuertes picazones. Muchas veces, con un examen regular podemos llegar a descubrirlas. La evolución posterior de la alergia puede convertirse en la formación de cortezas, o arrastrar segundas infecciones y provocar a veces incluso problemas digestivos.
La alergia puede manifestarse de modo episódico o permanente. Las zonas en las que suelen presentarse en la cabeza son los labios, las orejas y el contorno de los ojos. El cuerpo es una zona muy sensible, sobre todo las patas y la grupa. Las alergias de contacto se manifiestan más a menudo sobre los labios, el aparato genital o el vientre.
Para el cuidado de las alergias, lo más conveniente es acudir al veterinario, para que nos recete los productos o medicamentos que debemos administrarle al perro. Estos pueden ser desde champús específicos a medicinas para alergias o crisis graves. Es esencial también el veterinario para analizar en profundidad al perro y así determinar la naturaleza del alérgeno y poder tratarlo.
La identificación de las alergias en ocasiones es larga y laboriosa y exige una colaboración entre el propietario del perro y su veterinario. Un perro alérgico será sensible a los alérgenos hasta incluso después de los diferentes tratamientos. Convendrá pues, evitar para siempre el contacto o la ingestión de los factores responsables.
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ALIMENTACION DE LOS PERROS.
La alimentación de un perro es vital para determinar la salud del animal. Por tanto, ésta debe ser saludable y equilibrada. De no ser así, de ser el aporte de nutrientes y energía inadecuado, la vida del animal puede correr peligro o acortarse innecesariamente. Actualmente, que nuestro perro siga una dieta correcta no es complicado, ya que en el mercado existe una amplia y variada gama de alimentos.
Las necesidades nutricionales de todos los perros se dividen en proteínas, energía (glúcidos y lípidos), minerales y vitaminas.
PROTEINAS
Son elementos esenciales de la alimentación. Su papel principal es proporcionar al organismo los elementos necesarios para su construcción. Aportan aminoácidos necesarios para la síntesis de las proteínas tisulares del organismo y aspecto participan en el crecimiento y mantenimiento de los tejidos estriados: músculos, sistema nervioso y esqueleto.
GLUCIDOS
Los glúcidos proporcionan energía al organismo. El hígado y los músculos absorben la glucosa presente en la sangre y la convierten en glicógeno.
LIPIDOS
Los lípidos son la fuente concentrada y privilegiada de energía. Liberan cerca del doble de energía por unidad de peso comparado con los glúcidos y son indispensables para el organismo, y ya no sólo por su papel energético, sino también por sus funciones plásticas y funcionales.
Los lípidos aportan Ácidos grasos Esenciales, que forman la estructura membranaria de las celdas. Son indispensables para la conservación de esta estructura y para el buen funcionamiento celular. También tienen un papel fundamental en el crecimiento, la calidad del pelo y la preservación de la epidermis, además de influir en el correcto funcionamiento hepático y cardíaco, la fertilidad y la coagulación.
MINERALES Y VITAMINAS
Los minerales y las vitaminas son indispensables para el buen funcionamiento del organismo, ya que participan en numerosas reacciones metabólicas.
Las vitaminas realizan numerosas funciones: Su acción influye en la visión del perro, su crecimiento, la reproducción, la protección y el crecimiento de las celdas sanguíneas y en la práctica totalidad de las reacciones metabólicas y energéticas. Además, ayudan a transformar los alimentos en sustancias asimilables y participan en la elaboración de las celdas de la sangre, hormonas y diversos componentes químicos del sistema nervioso.
Los minerales por su parte constituyen la mayor parte del esqueleto y de los dientes. Así mismo, también participan en el mantenimiento del sistema inmunitario, coagulación de la sangre y en el metabolismo del oxígeno en el organismo. También son esenciales en el transporte de la energía y el equilibrio hídrico. Por último, también es importante su participación en el metabolismo óseo y epidérmico